Y al tiempo me llamo,
Y al tiempo me encuentro.
Me levanto, caigo y nuevamente me levanto.
Un mundo que no comprendo y ni él me comprende,
En callados momentos lo encuentro y él me encuentra.
Entonces me siento él y él se vuelve yo, y somos uno;
unísono, un baile, un canto, una melodía.
Inseparables y eternos, unidos a dicha.
No es hombre, ni flor; no es bosque ni desierto.
Es el todo y la nada,
conociéndole y conociéndome.
Pues en un mar de espíritus navego; de entes ajenos, de amor y su luz;
de nubes ensombrecidas cubriendo los cielos;
de vientos que los despeja y el sol que los ilumina;
de las lunas y los astros que los decoran;
de contrastes y similitudes.
A mi Consciencia
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