Hueco y vacío,
sensible y profundo.
Abierto a las suplicas, sonoro responde a notas;
alegre si así son ellas, melancólico o profano, austero o altivo.
Pero siempre gallardo corazón, elegante y sencillo a la vez.
Rebosante de genuino lenguaje contrastante de tus silencios que roban suspiros.
Eres la flecha del que enamora a su amante y la virtud que no lo deja cesar.
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